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Porque quiero más día a día

Y hoy es

sábado, 28 de noviembre de 2009

Leonardo DiCaprio. La última hora. The 11th hour.





Noche estrellada, Vincent Van Gogh


Si no abrimos el corazón al dolor de nuestro planeta, vamos a dejar que nuestras acciones lo destruyan. Tomemos conciencia para empezar a cambiar algo desde lo cotidiano. La tierra que se veía azul desde el espacio y ya no, es nuestra única casa.

Nos esperan tiempos difíciles, se ha roto el equilibrio entre la naturaleza y el hombre. Cada vez más hacemos oídos sordos a su pedido de ayuda . Esta película de DiCaprio nos dice que está en juego la extinción de la vida en la Tierra.

Somos como dice mi querida Katy, ciudadanos del mundo y es por eso que tenemos la responsabilidad de lo que está ocurriendo, y por las generaciones por venir tenemos la obligación de volver a dar sentido a la vida y comenzar la transformación de este sistema productivo y consumista, ya!

Soy conciente que lo que les propongo ver, a quien todavía no conoce la película, es extenso, pero está dividido en 9 partes de alrededor de 10 minutos cada uno, de esa manera se puede dosificar el tiempo que le dedicamos a conocer este problema que es asunto de todos.

The Last Hour 1 (Español sub)



The Last Hour 2 (Español sub)



The Last Hour 3 (Español sub)



The Last Hour 4 (Español sub)



The Last Hour 5 (Español sub)


 The Last Hour 6 (Español sub)



The Last Hour 7 (Español sub)


The Last Hour 8 (Español sub)


The Last Hour 9 (Español sub)


jueves, 26 de noviembre de 2009

Chimamanda Adichie

El peligro de una única historia.



Tomé este video del blog de Manuela Araujo: "Sustentabilidade é Acção"
Lo quiero compartir con ustedes porque me parece imperdible. Está en inglés y tiene opciones de subtitulado en portugués, italiano, japonés, ..., pero no en español, una lástima.  Espero que puedan disfrutarlo en los idiomas disponibles. Esta escritora nigeriana describe su iniciación temprana en la narrativa, y cómo llegó a descubrir que su propia escritura estaba completamente colonizada por discursos literarios y pautas culturales procedentes del Norte. Consciente de dichas influencias dominantes pero ajenas, comenzó a desarrollar su propia voz como escritora africana.



Video con un 27% en español, gracias Chesana

Chimamanda Adichie: El peligro de la narrativa única.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Jorge Luis Borges


 Carlos Rafael. Pintor cubano.

 Transcribo este cuento de Jorge Luis Borges como un homenaje a tantas víctimas de la violencia de género.


La intrusa 


Dicen (lo cual es improbable) que la historia fue referida por Eduardo, el menor de los Nelson, en el velorio de Cristian, el mayor, que falleció de muerte natural, hacia mil ochocientos noventa y tantos, en el partido de Moron. Lo cierto es que alguien la oyó de alguien, en el decurso de esa larga noche perdida, entre mate y mate, y la repitió a Santiago Dabove, por quien la supe. Años después, volvieron a contármela en Turdera, donde había acontecido. La segunda versión, algo más prolija, confirmaba en suma la de Santiago, con las pequeñas variaciones y divergencias que son del caso. La escribo ahora porque en ella se cifra, si no me engaño, un breve y trágico cristal de la índole de los orilleros antiguos. Lo haré con probidad, pero ya preveo que cederé a la tentación literaria de acentuar o agregar algún pormenor.
En Turdera los llamaban los Nilsen. El párroco me dijo que su predecesor recordaba, no sin sorpresa, haber visto en la casa de esa gente una gastada Biblia de tapas negras, con caracteres góticos; en las últimas páginas entrevió nombres y fechas manuscritas. Era el único libro que había en la casa. La azarosa crónica de los Nilsen, perdida como todo se perderá. El caserón, que ya no existe, era de ladrillo sin revocar; desde el zaguán se divisaban un patio de baldosa colorada y otro de tierra. Pocos, por lo demás, entraron ahí; los Nilsen defendían su soledad.
En las habitaciones desmanteladas durmieron en catres; sus lujos eran el caballo, el apero, la daga de hoja corta, el atuendo rumboso de los sábados y el alcohol pendenciero. Sé que eran altos, de melena rojiza. Dinamarca o Irlanda, de las que nunca oirían hablar, andaban por la sangre de esos dos criollos. El barrio los temía a los Colorados; no es imposible que debieran alguna muerte. Hombro a hombro pelearon una vez a la policía. Se dice que el menor tuvo un altercado con Juan Iberra, en el que no llevó la peor parte, lo cual, según los entendidos, es mucho. Fueron troperos, cuarteadores, cuatreros y alguna vez tahúres. Tenían fama de avaros, salvo cuando la bebida y el juego los volvían generosos. De sus deudos nada se sabe ni de dónde vinieron. Eran dueños de una carreta y una yunta de bueyes. Físicamente diferían del compadraje que dio su apodo forajido a la Costa Brava. Esto, y lo que ignoramos, ayuda a comprender lo unidos que fueron. Mal quistarse con uno era contar con dos enemigos.
Los Nilsen eran calaveras, pero sus episodios amorosos habían sido hasta entonces de zaguán o de casa mala. No faltaron, pues, comentarios cuando Cristian llevó a vivir con él a Juliana Burgos. Es verdad que ganaba así una sirvienta, pero no es menos cierto que la colmó de horrendas baratijas y que la lucia en las fiestas. En las pobres fiestas de conventillo, donde la quebrada y el corte estaban prohibidos y donde se bailaba, todavía, con mucha luz. Juliana era de tez morena y de ojos rasgados, bastaba que alguien la mirara para que se sonriera. En un barrio modesto, donde el trabajo y el descuido gastan a las mujeres, no era mal parecida.
Eduardo los acompañaba al principio. Después emprendió un viaje a Arrecifes por no sé que negocio; a su vuelta llevó a la casa una muchacha, que había levantado por el camino, y a los pocos días la echó. Se hizo más hosco; se emborrachaba solo en el almacén y no se daba con nadie. Estaba enamorado de la mujer de Cristian. El barrio, que tal vez lo supo antes que él, previó con alevosa alegría la rivalidad latente de los hermanos.
Una noche, al volver tarde de la esquina, Eduardo vio el oscuro de Cristian atado al palenque. En el patio, el mayor estaba esperándolo con sus mejores pilchas. La mujer iba y venia con el mate en la mano. Cristian le dijo a Eduardo: -Yo me voy a una farra en lo de Farias. Ahí la tenés a la Juliana; si la querés, úsala. El tono era entre mandón y cordial. Eduardo se quedó un tiempo mirándolo; no sabía qué hacer, Cristian se levantó, se despidió de Eduardo, no de Juliana, que era una cosa, montó a caballo y se fue al trote, sin apuro.
Desde aquella noche la compartieron. Nadie sabrá los pormenores de esa sórdida unión, que ultrajaba las decencias del arrabal. El arreglo anduvo bien por unas semanas, pero no podía durar. Entre ellos, los hermanos no pronunciaban el nombre de Juliana, ni siquiera para llamarla, pero buscaban, y encontraban, razones para no estar de acuerdo. Discutían la venta de unos cueros, pero lo que discutían era otra cosa. Cristian solía alzar la voz y Eduardo callaba. Sin saberlo, estaban celándose. En el duro suburbio, un hombre no decía, ni se decía, que una mujer pudiera importarle, mas allá del deseo y la posesión, pero los dos estaban enamorados. Esto, de algún modo, los humillaba.
Una tarde, en la plaza de Lomas, Eduardo se cruzó con Juan Iberra, que lo felicitó por ese primor que se había agenciado. Fue entonces, creo, que Eduardo lo injirió. Nadie, delante de él, iba a hacer burla de Cristian. La mujer atendía a los dos con sumisión bestial; pero no podía ocultar alguna preferencia por el menor, que no había rechazado la participación, pero que no la había dispuesto.           
Un día, le mandaron a la Juliana que sacara dos sillas al primer patio y que no apareciera por ahí, porque tenían que hablar. Ella esperaba un dialogo largo y se acostó a dormir la siesta, pero al rato la recordaron. Le hicieron llenar una bolsa con todo lo que tenia, sin olvidar el rosario de vidrio y la crucecita que le había dejado su madre. Sin explicarle nada la subieron a la carreta y emprendieron un silencioso y tedioso viaje. Había llovido; los caminos estaban muy pesados y serian las cinco de la mañana cuando llegaron a Morón. Ahí la vendieron a la patrona del prostíbulo. El trato ya estaba hecho; Cristian cobró la suma y la dividió después con el otro.
En Turdera, los Nilsen, perdidos hasta entonces en la maraña (que también era una rutina) de aquel monstruoso amor, quisieron reanudar su antigua vida de hombres entre hombres. Volvieron a las trucadas, al reñidero, a las juergas casuales. Acaso, alguna vez, se creyeron salvados, pero solían incurrir, cada cual por su lado, en injustificadas o harto justificadas ausencias. Poco antes de fin de año el menor dijo que tenia que hacer en la Capital. Cristian se fue a Morón; en el palenque de la casa que sabemos reconoció al overo de Eduardo. Entró; adentro estaba el otro, esperando turno. Parece que Cristian le dijo: - De seguir así, los vamos a cansar a los pingos. Más vale que la tengamos a mano.
Habló con la patrona, sacó unas monedas del tirador y se la llevaron. La Juliana iba con Cristian; Eduardo espoleó al overo para no verlos.
Volvieron a lo que ya se ha dicho. La infame solución había fracasado; los dos habían cedido a la tentación de hacer trampa. Caín andaba por ahí, pero el cariño entre los Nilsen era muy grande - ¡Quién sabe que rigores y qué peligros habían compartido!- y prefirieron desahogar su exasperación con ajenos. Con un desconocido, con los perros, con la Juliana, que había traído la discordia.
El mes de marzo estaba por concluir y el calor no cejaba. Un domingo (los domingos la gente suele recogerse temprano) Eduardo, que volvía del almacén, vio que Cristian uncía los bueyes. Cristian le dijo: - Vení; tenemos que dejar unos cueros en lo del Pardo; ya los cargue, aprovechemos la fresca. El comercio del Pardo quedaba, creo, más al Sur; tomaron por el Camino de las Tropas; después, por un desvío. El campo iba agrandándose con la noche. Orillaron un pajonal; Cristian tiró el cigarro que había encendido y dijo sin apuro: - A trabajar, hermano. Después nos ayudaran los caranchos. Hoy la maté. Que se quede aquí con sus pilchas. Ya no hará más perjuicios. Se abrazaron, casi llorando. Ahora los ataba otro vínculo: la mujer tristemente sacrificada y la obligación de olvidarla.

Biografía de Jorge Luis Borges:
Nació el 24 de agosto de 1899 en Buenos Aires y murió en Ginebra el 14 de junio de 1986. Fue bilingüe desde su infancia y aprendió a leer en inglés antes que en castellano por influencia de su abuela materna de origen británico. A los siete años escribió en inglés un resumen de la mitología griega; a los ocho, La visera fatal, inspirado en un episodio del Quijote; a los nueve tradujo del inglés El príncipe feliz de Oscar Wilde. En 1914 su familia en pleno se instaló en Ginebra donde escribió algunos poemas en francés mientras estudiaba el bachillerato (1914-1918). En 1921 la familia regresó a Buenos Aires y redescubrió entonces su ciudad natal, especialmente los suburbios del sur, poblados de compadritos y publicó su primer libro de poemas, Fervor de Buenos Aires (1923). Instalado definitivamente en su ciudad natal a partir de 1924, publicó algunas revistas literarias y dos libros más, Luna de Enfrente e Inquisiciones. En los siguientes treinta años, el joven “Georgie” (como lo llamaban en familia) se transformaría en uno de los más brillantes y polémicos escritores de América Latina. Entre 1930 y 1950 produjo  algunas de las más extraordinarias ficciones de este siglo (Historia Universal de la Infamia; Ficciones yEl Aleph, entre otras). Compartió con Samuel Beckett el Premio Formentor otorgado por el Congreso Internacional de Editores. Nunca le dieron el Premio Nobel que reclamaron siempre los círculos literarios argentinos.
 Violencia de género No





jueves, 19 de noviembre de 2009

Les Luthiers


Les Luthiers es un grupo de artistas  que desde 1962, cuando eran estudiantes universitarios, han ido desarrollando una carrera a nivel internacional en el mundo del espectáculo. Un "luthier" es un fabricante o constructor de instrumentos musicales. De allí el nombre de este grupo, ya que una de sus características más importantes es que gran parte de los instrumentos que utilizan en sus presentaciones, son fabricados por ellos mismos.
Está integrado por: Carlos lópez Puccio (Licenciado en dirección orquestal, director de coros, docente universitario), Jorge Maronna (Compositor y guitarrista),  Marcos Mundstock (Locutor profesional. Redactor publicitario. Humorista),  Carlos Nuñez Cortés (Doctor en Química. Concertista de piano, compositor y arreglista. Varias veces premiado por partituras para obras de teatro) y Daniel Rabinovich (Escribano, guitarrista, percusionista y cantante)


El sendero de Warren Sánchez

Si quieres lograr una paz más profunda, acércate a Warren. Y lograrás una humildad que te llenará de orgullo y soberbia. ¡Llegarás a ser tan creyente que no lo podrás creer!
                          Les Luthiers


Cronistas colombianos compitiendo con cálamos

Uno de los maestros del género es el periodista colombiano Mauricio Reyes Posada, quien suele publicar de tanto en tanto en el periódico El Tiempo, diversos temas en forma de tautograma [1] En una oportunidad, otro periodista, Luís Fernando Restrepo, de BBC Mundo Hoy decidió entrevistar a Reyes Posada retándolo con sus mismas armas. Este último respondió como mejor sabe hacer:
F. Restrepo: ¿Cómo concibe crear caligrafías comenzadas con caracteres comunes?
R. Posada: Concibo crear  ciertas caligrafías curiosas congregando conceptos castizos comenzados con “C”. Claro, concentrándome completamente. Comprenderá cómo complica ese complejo cometido cuando confrontamos conjunciones copulativas cortas. ¡Cuántas carencias complicadas! Consuetudinariamente compongo con cierto contexto composiciones coherentes críticas circunstancialmente cáusticas.
F. Restrepo: ¿Cuánto conlleva completar cada complicación?
R. Posada: ¿Duración dice? Difícil decirlo. Dúdolo. Depende de diversos detalles dactilográficos, depende del diagnóstico, del discurso, del diccionario debido. Depende de decidirse. Diseñar disertaciones decorosas demanda dos días… descontando determinados domingos de descanso. 
 Nuñez Cortés, Carlos.- Los juegos de Mastropiero  


[1] El tautograma (del griego tauto, el mismo, y grámma, escritura), también denominado isoacrónimo, es un texto compuesto por palabras que comparten una misma inicial o algún sonido parecido o, como lo define Márius Serra: “palabras próximas para poder perpetrar perseverantes peroratas parcialmente perpetuas”.  


Me engañaste una vez más- Gloria de Mastropiero


Añoralgias (Zamba)

lunes, 16 de noviembre de 2009

María Elena Walsh

                                                               

Biografía:   Célebre por su literatura infantil, creó personajes conmovedores, como Manuelita la Tortuga. Sus temas fueron musicalizados por personalidades como Mercedes Sosa y Joan Manuel Serrat y trascendieron las fronteras argentinas. María Elena Walsh nació en el barrio de Ramos Mejía, en Buenos Aires, el 1º de febrero de 1930.

Tímida y rebelde, leía mucho de adolescente y publicó su primer poema a los 15 años. Un año antes de finalizar sus estudios en la Escuela Nacional de Bellas Artes publicó su primer libro (en 1947), “Otoño imperdonable”. A partir de allí su vida dio un vuelco: empezó a frecuentar círculos literarios y universitarios y escribía ensayos. En el año 1949 viajó a Estados Unidos, invitada por Juan Ramón Jiménez. En los años ’50 publicó “Baladas con Angel” y se autoexilió en París, junto con Leda Valladares. Ambas formaron el dúo “Leda y María”: actuaron en varias ciudades como intérpretes de música folclórica, recibieron premios, el aplauso del público y grabaron el disco “Le Chant du Monde”. Por esa época comenzó a escribir versos para niños. Sus canciones y textos infantiles trascendieron lo didáctico y lo tradicional: generación tras generación sus temas son cantados por miles de niños argentinos.
Realizó además recitales unipersonales para adultos. En 1962 estrenó en el Teatro San Martín “Canciones para mirar”, que luego grabó con CBS. Al año siguiente estrenó “Doña Disparate y Bambuco”, representada muchas temporadas en Argentina, América y Europa. En los años ‘60 publicó,entre otros, los libros “El reino del revés”, "Cuentopos de Gulubú", “Hecho a mano” y “Juguemos en el mundo”. En los ’70 volvió al país y en  1971 María Herminia Avellaneda la dirigió en el filme “Juguemos en el Mundo”. También escribió guiones para televisión y los libros “Tutú Maramba”, "Canciones para mirar", “Zoo Loco”, “Dailan Kifki” y “Novios de Antaño”. En 1985 fue nombrada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires y, en 1990, Doctor Honoris Causa de la Universidad Nacional de Córdoba y Personalidad Ilustre de la Provincia de Buenos Aires. En 1994 apareció la recopilación completa de sus canciones para niños y adultos y, en 1997, “Manuelita ¿dónde vas?”.
María Elena Walsh es una verdadera juglar de nuestros tiempos, cuando recita y canta sus versos, pero también, cuando denuncia subliminalmente diversas cuestiones sociales. Toda su rebeldía, su desencanto, su oposición, su amor a la naturaleza y a los niños han quedado reflejados en numerosos poemas, novelas, cuentos, canciones, ensayos y artículos periodísticos.




Francisco Goya. Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío.


La pena de muerte

Fui lapidada por adúltera. Mi esposo, que tenía manceba en casa y fuera de ella, arrojó la primera piedra, autorizado por los doctores de la ley y a la vista de mis hijos.
Me arrojaron a los leones por profesar una religión diferente a la del Estado.
Fui condenada a la hoguera, culpable de tener tratos con el demonio encarnado en mi pobre cuzco negro, y por ser portadora de un lunar en la espalda, estigma demoníaco.
Fui descuartizado por rebelarme contra la autoridad colonial.
Fui condenado a la horca por encabezar una rebelión de siervos hambrientos. Mi señor era el brazo de la Justicia.
Fui quemado vivo por sostener teorías heréticas, merced a un contubernio católico-protestante.
Fui enviada a la guillotina porque mis Camaradas revolucionarios consideraron aberrante que propusiera incluir los Derechos de la Mujer entre los Derechos del Hombre.
Me fusilaron en medio de la pampa, a causa de una interna de unitarios.
Me fusilaron encinta, junto con mi amante sacerdote, a causa de una interna de federales.
Me suicidaron por escribir poesía burguesa y decadente.
Fui enviado a la silla eléctrica a los veinte años de mi edad, sin tiempo de arrepentirme o convertirme en un hombre de bien, como suele decirse de los embriones en el claustro materno.
Me arrearon a la cámara de gas por pertenecer a un pueblo distinto al de los verdugos.
Me condenaron de facto por imprimir libelos subversivos, arrojándome semivivo a una fosa común.


A lo largo de la historia, hombres doctos o brutales supieron con certeza qué delito merecía la pena capital. Siempre supieron que yo, no otro, era el culpable. Jamás dudaron de que el castigo era ejemplar. Cada vez que se alude a este escarmiento la Humanidad retrocede en cuatro patas.
María Elena Walsh




Mercedes Sosa en vivo interpretado "Como la cigarra" de María Elena Walsh.



"Serenata para la tierra de uno"de María Elena Walsh. Mercedes Sosa-1980




"Quien mata o tortura no conoce sino una sombra en su victoria: no puede sentirse inocente. Por tanto, tiene que crear la culpabilidad en la víctima misma, para que en un mundo sin dirección la culpabilidad general no legitime sino el ejercicio de la fuerza, no consagre sino el éxito"
 Albert Camus
Fragmento del capítulo III de «El hombre rebelde»

viernes, 13 de noviembre de 2009

Jacques Prévert

Jacques Prévert (4 de febrero de 1900 - 11 de abril de 1977) fue un poeta, autor teatral y guionista cinematográfico francés. 
A partir de 1920, participó en el movimiento surrealista. En 1928 fundó, junto a su hermano Pierre una productora teatral y cinematográfica. En la década de 1930 fue el alma del grupo de teatro "Octubre", vinculado al Partido Comunista Francés, aunque su proverbial inconformismo le hizo sospechoso de trotskismo.
Prévert también escribió varios guiones para el director de cine francés Marcel Carné, entre los cuales se encuentran Drôle de drame (1937), Le jour se lève (1939) y, tal vez la más famosa, Les enfants du paradis (1945).
La publicación de su libro de poemas Paroles en 1946, fue un gran éxito. 
Algunos de sus trabajos fueron interpretados por algunos de los cantantes franceses más prestigiosos del siglo XX, como Yves Montand, Germaine Montero y Juliette Gréco. Sus poemas se enseñan en las escuelas francesas y muchos colegios llevan su nombre.



 Pablo Picasso. Mujer con los brazos cruzados.  


Desayuno

Echó café
en la taza.
Echó leche
en la taza de café.
Echó azúcar
en el café con leche.
Con la cucharilla
lo revolvió.
Bebió el café con leche.
Dejó la taza
sin hablarme.
Encendió un cigarrillo.
Hizo anillos
de humo.
Volcó la ceniza
en el cenicero
sin hablarme.
Sin mirarme
se puso de pie.
Se puso
el sombrero.
Se puso
el impermeable
porque llovía.
se marchó
bajo la lluvia.
Sin decir palabra.
Sin mirarme.
Y me cubrí
la cara con las manos.
Y lloré.

                                                Jacques Prévert

Las Hojas muertas es un poema famoso de Jacques Prévert que ha sido cantado entre otros, por Yves Montand y Edith Piaf





Oh ! je voudrais tant que tu te souviennes
Des jours heureux où nous étions amis.
En ce temps-là la vie était plus belle,
Et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui.
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle.
Tu vois, je n'ai pas oublié...
Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
Les souvenirs et les regrets aussi
Et le vent du nord les emporte
Dans la nuit froide de l'oubli.
Tu vois, je n'ai pas oublié
La chanson que tu me chantais.


C'est une chanson qui nous ressemble.
Toi, tu m'aimais et je t'aimais
Et nous vivions tous deux ensemble,
Toi qui m'aimais, moi qui t'aimais.
Mais la vie sépare ceux qui s'aiment,
Tout doucement, sans faire de bruit
Et la mer efface sur le sable
Les pas des amants désunis.


Les feuilles mortes se ramassent à la pelle,
Les souvenirs et les regrets aussi
Mais mon amour silencieux et fidèle
Sourit toujours et remercie la vie.
Je t'aimais tant, tu étais si jolie.
Comment veux-tu que je t'oublie ?
En ce temps-là, la vie était plus belle
Et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui.
Tu étais ma plus douce amie
Mais je n'ai que faire des regrets
Et la chanson que tu chantais,
Toujours, toujours je l'entendrai !

viernes, 6 de noviembre de 2009

Cátulo Castillo


José Cirigliano. Tango en el Obelisco.


La  última curda
 
Lastima, bandoneón,
mi corazon
tu ronca maldición maleva...
Tu lágrima de ron
me lleva
hasta el hondo bajo fondo
donde el barro se subleva.
¡Ya sé, no me digás! ¡Tenés razón!
La vida es una herida absurda,
y es todo tan fugaz
que es una curda, ¡nada más!
mi confesión.

Contame tu condena,
decime tu fracaso,
¿no ves la pena
que me ha herido?
Y hablame simplemente
de aquel amor ausente
tras un retazo del olvido.
¡Ya sé que te lastimo!
¡Ya se que te hago daño
llorando mi sermón de vino!

Pero es el viejo amor
que tiembla, bandoneón,
y busca en el licor que aturde,
la curda que al final
termine la función
corriéndole un telón al corazón.
Un poco de recuerdo y sinsabor
gotea tu rezongo lerdo.
Marea tu licor y arrea
la tropilla de la zurda
al volcar la última curda.
Cerrame el ventanal
que quema el sol
su lento caracol de sueño,
¿no ves que vengo de un país
que está de olvido, siempre gris,
tras el alcohol?...


Ovidio Cátulo González Castillo, poeta y pianista, nacido el 6 de agosto de 1906. 
Tal vez su obra más difundida sea "María", con música de Aníbal Troilo. Cátulo Castillo,  hacía un elemento primordial de sus letras, las rimas, las reiteraciones y cierta deliberada incoherencia en la que podrían advertirse algunas reminiscencias surrealistas. Compuso  “El aguacero”, “Viejo ciego”, “Acuarelita de arrabal”, “El circo se va”, “Corazón de papel”, “La última curda”, “Aquella cantina de la ribera”, “Caminito del taller”, “Silbando”, “A Homero” y “El patio de la morocha”.
Falleció el 19 de octubre de 1975. 


Roberto Goyeneche canta el tango "La ultima curda" acompañado por Néstor Marconi, en el teatro Opera de la ciudad de Buenos Aires.



martes, 3 de noviembre de 2009

Pablo Neruda


El árbol de la vida. Gustav Klimt


A mis obligaciones

Cumpliendo con mi oficio
piedra con piedra, pluma a pluma,
pasa el invierno y deja
sitios abandonados,
habitaciones muertas:
yo trabajo y trabajo,
debo substituir
tantos olvidos,
llenar de pan las tinieblas,
fundar otra vez la esperanza.

No es para mí sino el polvo,
la lluvia cruel de la estación,
no me reservo nada
sino todo el espacio
y allí trabajar, trabajar,
manifestar la primavera.

A todos tengo que dar algo
cada semana y cada día,
un regalo de color azul,
un pétalo frío del bosque,
y ya de mañana estoy vivo
mientras los otros se sumergen
en la pereza, en el amor,
yo estoy limpiando mi campana,
mi corazón, mis herramientas.

Tengo rocío para todos.

Dedicado a mi querido hijo Alejandro en el día de su cumpleaños, es como si Pablo Neruda lo hubiera escrito pensando en él. Cris